Aunque todo el mundo cree que los niños son los mayores damnificados con la separación de sus padres, también es traumática cuando ya son grandes.
Una de las grandes preocupaciones del divorcio es su impacto en los hijos. Pero los padres solo piensan en eso cuando estos son pequeños. Aún más, muchos esperan a que crezcan para anunciarles que se separan. La mayoría cree que si sus hijos ya son adultos, pueden resistir el golpe más fácilmente.
Los hijos adultos del divorcio son un fenómeno en crecimiento en el mundo. En Estados Unidos el número de parejas mayores de 60 años que acaba su matrimonio ha aumentado un tercio en los últimos diez años.
La ruptura, según Victoria Cabrera, investigadora de la Universidad de la Sabana, llega en una etapa de la vida cuando confluyen dos temas cruciales: la jubilación y el nido vacío, momento en que los hijos se marchan de la casa y la pareja vuelve a estar sola. Muchos no logran ajustar su vida conyugal a esa nueva realidad y se separan sin importar si tienen bodas de plata o de oro a cuestas. Como además el divorcio ya no es un estigma, el aumento de la expectativa de vida les hace pensar que aún tienen tiempo para empezar de nuevo.
Pero lo que nadie imagina es que para un hijo recibir ese golpe después de los 20 años puede ser más dañino que cuando es niño porque los padres ya no hacen el menor esfuerzo por protegerlos. Por el contrario, por ser adultos no ponen límites y les revelan intimidades de la relación o buscan en ellos aliados, psicólogos, abogados y amigos.
Según la socióloga Constance Ahron, autora del libro We are still a family, algunos hijos adultos sienten la pérdida de la familia tal y como la vive un niño. Es posible que experimenten rabia por el ‘culpable’ de la ruptura; también es frecuente que sientan culpa, sobre todo cuando ellos escuchan de sus padres que vivieron una vida miserable solo por mantenerles a ellos la idea de familia perfecta. Ante esto, los hijos se sienten confundidos porque creen que sus progenitores tenían un buen matrimonio y esa imagen idealizada se rompe en un santiamén.
Los expertos señalan qué deben hacer los miembros de la familia para evitar sufrimiento adicional durante el divorcio.
Hijos: No se dejen enredar
Los expertos recomiendan mantenerse aislados de las peleas de sus padres. “No se involucren, no tomen partido ni se vuelvan consejeros o depositarios de los consejos de la pareja”, dice la psicóloga Nelly Rojas. También sugieren que hagan su propio duelo pues si no cierran este ciclo es posible que pasen sus dudas y temores a sus propias relaciones amorosas.
Padres: protejan a sus hijos
La psicóloga Victoria Cabrera aconseja comunicar a sus hijos la decisión de separarse con claridad para que entiendan sus motivos. Pero a ninguna edad les deben revelar detalles de su vida íntima. “Lo ideal es que den ejemplo y le transmitan a sus hijos la idea de que el amor por ellos no cambiará aunque ya no vivan juntos”.