Llegan las navidades y, por desgarcia, muchas personas separadas o divorciadas y con hijos, van a tener que pasar estas fechas tan familiares alejadas de sus hijos. Es una de las consecuencias más tristes, quizás, de las rupturas de pareja. Al margen de lo pactado de manera amistosa o no, lo más importante es la parte emocional que esto conlleva ya que a ningún progenitor le gusta pasar las navidades sin sus hijos.


Tribunal Supremo Sala Civil - 02/03/2015

El interés superior del menor no impide que aquellos que por disposición legal están obligados a prestar alimentos no puedan hacerlo por carecer absolutamente de recursos económicos, como tampoco impide que los padres puedan desaparecer fisicamente de la vida de los menores, dejándoles sin los recursos de los que hasta entonces disponían para proveer a sus necesidades.


Recientemente, con fecha 26 de mayo de 2014, la Sala Primera del Tribunal Supremo ha fijado doctrina, al resolver un recurso que presenta interés casacional, sobre el sistema que ha de regir para el reparto equitativo entre los progenitores de las cargas derivadas del régimen de visitas, cuando ambos cónjuges residen en localidades muy distantes, a fin que, como regla general, sean los que las realicen y no sea solamente el progenitor no custodio el que las asuma en exclusiva.


Debemos partir de la premisa de que no son equiparables las uniones de hecho y el matrimonio. De hecho, la doctrina jurisprudencial del Tribunal Supremo, en línea con la Tribunal Constitucional, se ha preocupado de precisar que la unión de hecho - condición adquirida siempre y cuando los convivientes se inscriban en el Registro de Parejas de Hecho correspondiente- es una institución que nada tiene que ver con el matrimonio., aunque una y otra se sitúen dentro del derecho de familia. Aun más, hoy en día, como dice la sentencia del Tribunal Supremo de 12 de septiembre de 2005, con la existencia del matrimonio homosexual y el divorcio unilateral, se puede proclamar que la unión de hecho está formada por personas que no quieren, en absoluto, contraer matrimonio con sus consecuencias.